El Cid, dando guerra por Aragón.

No llevamos caballo, ni cota de malla, ni el rey nos ha desterrado. Pero tenemos la firme decisión de seguirle los pasos al legendario Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como el Cid Campeador. Bueno, en realidad solo un rato, porque el camino que él emprendió comienza en Burgos y concluye en Alicante, y nosotros solo vamos a pasar por parte de la ruta que hizo por las provincias de Zaragoza y Teruel. Tenemos un salvoconducto que nos sellarán en algunas poblaciones, para dar fe de que hemos estado allí.
El día está soleado y estamos en Ariza, la primera localidad aragonesa que aparece en el “Cantar de mío Cid”, que narra las aventuras del héroe medieval. Entramos por el lado equivocado y no vemos ninguna indicación del Camino del Cid. En el Ayuntamiento, una amable funcionaria saca el sello para el salvoconducto y el registro de viajeros. Las últimas anotaciones son de agosto del año pasado, de cuatro viajeros procedentes de Burgos. Titubea un poco cuando le preguntamos por las indicaciones de la ruta cidiana, pero entonces un jubilado muy simpático que está a nuestro lado se ofrece a acompañarnos hasta ellas. Se llama Julio González y nos comenta que ya sirvió de guía a un equipo de televisión que fue a hacer un reportaje. Efectivamente, en la entrada principal por carretera del pueblo, donde nos ha llevado, hay un cartel que señala el Camino del Cid.
También sabe perfectamente cómo llegar al comienzo de la ruta senderista que parte de allí para ir hacia Cetina. Tras saludar a un lugareño con un burro que tira de un carro, salimos por una calle que cruza las vías del tren, deja a la derecha la residencia de ancianos y, a la altura de las piscinas, se desvía a la izquierda por un camino rural bien acondicionado, en cuyo arranque hay una pequeña señal cuadrada con una flecha y el letrero: Camino del Cid. Entre montes con campos de cereal ya cosechado y algunos chopos al amor del agua, el camino sigue, amplio y pedregoso, pero adecuado para viandantes, bicicletas, coches… Es hermosa la vista del pueblo desde allí.
Julio dice que “poca” gente llega preguntando por el Camino del Cid. Pero indica que, tanto en Ariza como en el vecino Monreal, un turista puede comer bien por un precio módico y alojarse. Además, Ariza tiene “la mejor carnicería de la provincia, si no de Aragón”, asegura.
En Alhama, famosa por sus aguas termales -las Termas Pallarés son lo primero que vemos-, no hay indicaciones a la entrada, ni oficina de turismo, pero dos jóvenes responden rápido que la ruta del Cid está señalizada en la salida del pueblo hacia Nuévalos, a la izquierda. Allí, el sendero se adentra entre campos de frutales y huertas fértiles, regados por el río Jalón. Cuando el Cid pasó por aquí en el siglo XI, recaudando tributos para pagar a sus tropas, la población estaba habitada por musulmanes, ya que entonces Zaragoza era una taifa con un rey de esa religión.
Ahora, los habitantes son cristianos, los campos se cultivan con maquinaria y entre los productos agrícolas aparece el maíz, que llegó a España desde América, cuando Colón viajó a ese continente cuatro siglos después.
El siguiente paso es Ateca. En la Casa Consistorial nos remiten para el sellado del salvoconducto al castillo, en lo alto de la población. Una vez restaurado por el Ayuntamiento y la Diputación de Aragón, ese castillo se convirtió en un hotel, regentado por la empresa Ruralium. La recepcionista explica que han aceptado sellar ellos porque la oficina de turismo solo abre por la mañana y en verano, y ellos pueden hacerlo todo el día, todo el año. José Yeguas, responsable del hotel, comenta que los viajeros que hacen el Camino del Cid se quejan “de la falta de señalización”. “Falta muchísima estructura todavía”, dice.
Un claro ejemplo lo encontramos allí mismo, y luego en Terrer: imposible aclararse con las señales para llegar a Alcocer, el desaparecido enclave donde tiene lugar una de las batallas más impresionantes narrada en el “Cantar de mío Cid”. En Terrer, eso sí, hay una placa con los versos donde se cita ese pueblo. Y también hay una Posada del Cid, cuyo dueño está construyendo un gran “castillo de Doña Jimena” que albergará banquetes a partir del año que viene. En la bodega, aún en obras, el uruguayo Milton da Luz Castro -que, según dice el dueño, ha pintado hasta para George Bush padre- está decorando los huecos bajo los arcos de ladrillo con escenas que tienen al Cid como protagonista: en la lucha, preparando la estrategia… y hasta bajando a ver a su amante de Terrer, que -según nos dicen- se llamaba Mercedes.
Siguiendo paralelos al Jiloca, por una carretera que bien merece un reasfaltado, bajamos hacia Daroca. Asun Sancho, que nos sella el salvoconducto en la oficina de turismo, ha recibido a otros viajeros que siguen el Camino. “Mucha gente lo hace en bicicleta; a caballo, ninguno”, bromea. También ella ha oído quejas. “La ruta está muy mal señalizada en la provincia de Zaragoza”, se lamenta, pese a lo cual indica que “este año ha pasado más gente” que el anterior preguntando por el Camino del Cid. Daroca está hermosa, con su calle Mayor semicubierta por toldos de tela que van de los edificios de un lado de la calle a los del otro. Pero aún nos queda mucho trayecto.
El tráfico al enfilar la carretera hacia Teruel es terrible: numerosos camiones colapsan la circulación, y avanzamos a paso de caracol. A la altura de Lechago, un bonito puente romano se deja ver a la derecha. El Cid no reconocería la vega, llena de maíz y de otro cultivo americano: el girasol.
Pasada Calamocha, tomamos un desvío hasta El Poyo del Cid. Aquí sí nos recibe el propio guerrero en persona… Bueno, una estatua de Rodrigo acompañada por un panel explicativo de su época (con mapas y todo) y el nombre del pueblo en cerámica típica, blanca y verde. El sellado es en el bar, que atiende una chica sudamericana. Uno de los vecinos, José Manuel Lázaro, nos acompaña por el camino de la ermita de la Virgen de Mora hasta el lugar donde todos los años organizan una fiesta sobre el Cid. En ella, caballeros vestidos de época bajan cabalgando desde lo alto del monte que da nombre al pueblo, donde el Cid acampó con sus huestes. Para recordarlo y como atracción turística, tienen ahora el proyecto de instalar un campamento temático medieval permanente. La idea es interesante y el lugar inmejorable: una recoleta explanada junto a un antiguo lavadero de lanas. Falta patrocinio.
Antes de llegar a Teruel, paramos en Cella. El hombre del bar del centro de día para personas mayores, que es donde se sella, se burla amablemente del legendario guerrero: “Fue un mercenario… y nos lo presentan como un héroe”. Pero confiesa: “Cuando era niño, yo quería ser como él”. Un cartel con la efigie del Cid y su firma “Ego Ruderico” nos despide, enviándonos a la autovía mudéjar. El Camino sigue…
Rebeca Cartagena
Detalles de la ruta:

Recorridos alternativos
El Camino del Cid, a su paso por Aragón, ofrece varias alternativas:
En Zaragoza. Por carretera, desde Torrehermosa hasta Daroca. Se pueden hacer tramos a pie o en bici entre Ariza y Alhama, o entre Ateca y Daroca, pasando por La Vilueña, Munébrega, Castejón de Alarba y otros pueblos.
En Teruel. Hay proyectadas dos rutas senderistas, aún sin señalizar (San Martín del Río-Monreal del Campo y Cella-La Puebla de Valverde). Por carretera, desde San Martín del Río se va hacia Pozuel del Campo, para seguir un tramo en Guadalaja y regresar por Orihuela del Tremedal e ir hacia Rubielos de Mora. Allí, el camino se bifurca en dos anillos que pasan a Castellón: el de Morella (Iglesuela del Cid, Umbría, Cantavieja, Mirambel) y el del Maestrazgo (Nogueruelas, Linares de Mora, Mosqueruela, Fuentes de Rubielos, Olva). El tercer anillo, de Montalbán, pasa por Monforte de Moyuela y Huesa del Común, entre otros lugares.
Las fiestas medievales: En varios pueblos del Camino del Cid hay en verano fiestas medievales. Ayer tuvo lugar una en Monforte, el mes pasado hubo en El Poyo del Cid y el 31 de agosto hay en Cella.
Más información: www.caminodelcid.org y Consorcio del Camino del Cid (tel. 947 25 62 40).
Juego y serie: El Consorcio ha editado un juego para estudiantes de Secundaria y TVE emitirá una serie sobre el Camino del Cid.

Fuente: Heraldo de Aragón (rebeca Cartagena).

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